V de viernes, V de vida

Ayer fue de esos días que te enseñan sin querer. A veces la vida te enfrenta a la realidad para que de alguna forma pongas los pies en el suelo y seas consciente de la verdad de las cosas. Cambiamos la sonrisa por el frunce del enfado, sustituimos los halagos por palabras malsonantes, y perdemos la noción del valor, importándonos cosas que al final son banales.

Si, a diario tuviéramos un pequeño cartel en la puerta de casa que nos recordara esta moraleja quizás, saldríamos de ella dispuestos a comernos el mundo, con una sonrisa puesta, intentando alegrar el día a quienes nos rodean, saludando, sonriendo, disfrutando, en definitiva viviendo. Cuando tienes algo, das por hecho que lo merecemos, y a veces no lo valoramos o quizás no lo cuidamos, o al menos no tanto como lo haríamos en su ausencia. ¿Recordáis de pequeño y de mayor, el valor que adquieren las cosas, en aquel entonces los juguetes que tenías que ganarte por algo (ya fueran notas, el comportamiento, una actitud o algún reto que tus padres pusieran para lograr algo de ti), conseguirlo era poco menos que cumplir un sueño, yo recuerdo una patinadora, la cuidaba tanto que los años pasaban por ella y parecía recién sacada de su caja. Por eso hoy, me apetecía hacer esta reflexión con vosotras, no quiere decir que vivas el día como si fuera el último, pero si, como si te quedara poco, es la única forma de dar valor a las cosas que realmente merezcan la pena, lo demás ¿acaso importa? . No se me ocurren mejores fotos para acompañar esta reflexión de viernes que unas fotos en el campo, en el pueblo de los abuelos, donde la libertad se respira y transmite en cada foto ¿no os parece?.

Como dice una buena amiga, “haz que tu vida valga la pena, no la malgastes“, FELIZ VIERNES y gracias por estar ahí el domingo más y mejor con video nuevo en el canal.

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